El
coaching, una moda muy antigua que sitúa el empoderamiento en la propia persona,
se ha convertido en una profesión rentable.
Cada vez aparece con
más insistencia en los planes de formación el concepto “coaching”, y en conversaciones informales surge la pregunta:
“¿Es otro invento para que personas inquietas sigan haciendo su negocio?”.
El Coaching está de moda porque funciona, porque
es la mejor herramienta de resolución de problemas que existe, ya que ayuda a
que cada persona elija lo que a ella le va a servir o funcionar. Pone el poder
en las personas, no en una figura exterior. Ver:
https://youtu.be/YhkE25QCVos
Es clave la actitud humilde para
afrontar la propuesta de desafiar quién eres, tus comportamientos, tu lenguaje,
forma de pensar y tus valores. Nos encanta tener resultados distintos pero sin
cambiar un ápice. El Coaching es para aquellos comprometidos con su
propio desarrollo y el de las personas. La
actitud del Coach ha de estar basada en la escucha de la otra persona. De todo lo que una
persona hace a lo largo del día, solo el 10% es consciente. Los coach entrenan
el 90% restante; a través de preguntas van entrando en la parte inconsciente.
Se observa, que como profesión, es una
profesión muy joven, con unas perspectivas de crecimiento abrumadoras. En
España, la profesión comienza cuando las escuelas empiezan a formar Coaches en España a comienzos del Siglo XXI,
aunque el contenido de la estrategia es propio de la condición humana y se
viene practicando desde siempre en distintos ámbitos, como el familiar, social,
empresarial, escolar; en el fondo y en la forma es una técnica de acompañamiento.
Nos encantan los anglicismos,
especialmente cuando no tenemos una traducción al español muy clara y aquí los
tenemos, coach, coachee, coaching. "El
reto de esta profesión es acercar el coaching a todos los perfiles
sociales".
Una buena formación es fundamental. Hay
algunas escuelas que ven en el Coaching una vía de enriquecimiento personal en
lugar de dar una formación profesional y práctica a sus alumnos.
Un Coach que no alcance sus propias metas es
como un dentista sin dentadura. Ser Coach es toda una aventura. Una aventura de
vida.
¿Es el coaching la nueva burbuja? Podemos pensar que sí, y que, en
consecuencia, llegará un momento en que la pincharán y ala, a sacar otra moda;
sea como fuere, parece que es una cosa seria y necesaria en este mundo desquiciante
que hemos construido entre todos; hay que desmontarlo e intentar con todas
nuestras fuerzas que sea habitable desde el respeto a los derechos humanos.
“Aparecen escuelas
como setas y es importante que la formación esté avalada por universidades,
escuelas de negocio o asociaciones internacionales de prestigio”, apunta
Maite Gómez Checa, socia directora del Instituto Coraops, con el que la Universidad Complutense de
Madrid acaba de lanzar la primera Cátedra Extraordinaria de Coaching y Management.
¿Qué hace un coach? “A diferencia de un psicólogo
que te da consejos, el coach te hace preguntas para que tú solo llegues a las
respuestas. “Hace de guía”, explica Joaquim Valls, director
del Máster en Desarrollo Directivo, Inteligencia
Emocional y Coaching de EAE Business School.
El antecedente del coaching más antiguo es Sócrates
en el 470 antes de Cristo con el método mayeútico que consistía en hacer
preguntas al interlocutor hasta que éste llegaba a sus respuestas,
profundizando en lo esencial, expone Valls.
La
mayoría de profesionales no está de acuerdo con la definición de coach de la RAE. “No es un
asesor ni un experto, es alguien que se pone al lado de su cliente y le da
otros referentes de observación”, asegura Jordi López,
director del Máster en Coaching Ejecutivo y Personal de
la Universitat Pompeu Fabra.
Esta disciplina bebe
de diferentes ramas como la psicología, la filosofía o la neurociencia (trabaja
temas de atención, memoria, inteligencia creativa o motivación).
Para dignificar este
rol, todos debemos de ser muy exigentes para que no nos den “gato por liebre”.
El coach debe de
ser un poco psicólogo para
entender con la suficiente profundidad, pero manteniendo una distancia
adecuada, los procesos mentales de la persona sobre la que se realiza el
proceso.
El coach debe de
ser un poco sociólogo para
encontrar respuestas que expliquen el –también complicado- mundo relacional en
el que se desenvuelve la persona incursa en el proceso de coaching.
El coach debe de
ser un poco consultor y
conocedor con la suficiente profundidad de la misión, visión y valores de la
organización en la que trabaja, cómo se transmiten a los empleados, como se viven,
estrategias de poder, de toma de decisiones, etc…
En definitiva, ser
coach es algo muy útil. Si lo tomamos en serio, lo analizamos y le damos la
importancia que realmente debe de tener, lo convertiremos en una herramienta
absolutamente necesaria para el desarrollo personal y profesional de las
personas en el mundo de hoy.
Como en casi todo, ha
sido puesta de moda desde el mundo empresarial. “Las técnicas tradicionales de
venta se han agotado y ya no son efectivas. Ayudamos a que el equipo detecte
sus fortalezas y debilidades. El coaching no
es una fórmula magistral, sino una medicina planteada a medida del equipo” asegura
Jordi López, director del Máster en Coaching Ejecutivo y Personal de
la Universitat Pompeu Fabra.
“Se necesitan herramientas emocionales para
reaccionar a tiempo. Gracias a la inteligencia emocional se aprende a regular y
gestionar los equipos o a establecer planes de acción. Estas habilidades
mejoran los resultados”. Macarena Vallejo, subdirectora
del Máster en Coaching Personal y Grupal de
la Universidad de
Málaga.
“Tenemos más
potencial del que ponemos en marcha y necesitamos un guía que nos ayude a
descubrir las áreas que tenemos por explotar”, defiende Jesús Mari
Iturrioz, director académico del Máster en Coaching Ejecutivo de Deusto Business School.
(Ideas entresacadas
de un artículo de “El País” del 20 de noviembre de 2014)
En
su vertiente educativa aquí os dejo unas diapositivas, entresacadas de aquí y
de allá, para vuestro enriquecimiento personal. Hay unos guiones para el
pre-coaching y el post-coaching sobre sesiones de trabajo en las aulas; en
ellos, lógicamente el coachee es siempre el profesor a cuya clase se entra para la observación y el coach es el observador..
Crispín Megino Rillo
618 74 29 69 crispin.megino@gmail.com
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